Uno X onU
Uno X unO
Crane Lane
Me vi reptando sobre la música del viejo megáfono entre
antiguas banderas y ajeados colores.
Me pregunté por qué es tan fácil perderse entre ese estrecho pasillo
donde la banda
hace el pogo del perro entre gordas modelos.
Tiré una moneda al aire,
nunca cayó,
su lado italiano me maldijo
y fumando una irish
busqué redención en un antiguo pecado.
Debajo de una llovizna de humo
la panza del acuario estaba llena,
el molusco era comida de tiburones
y nadando entre ballenas
la foca sonreía contenta
y el león tocaba un rock de gafas
apoyadas sobre sus tetas.
Partí siempre de un vacío de dos metros de altura para caer suave,
tan suave como piedra haciendo patito en la mosca
sobre el vaso de vino de mi boca ensangrentada.
...donde la música hace su ritmo
al compás de un fuego entre birras mojadas
y las dotes felinas están servidas para el próximo goce,
quiero otra pinta que calme mi fiera herida,
quiero esos ojos atados a la última pitada del día…
Niente, niente da fare
I have my eyes full of a dark blood,
and under my chest
is breathing the sharp of your transparent sword,
I´m drowning at a mirror of a mysterious dream,
inside of a big barrel of stout where you let me in,
with your wide smile and zero warmth.
Where your sun is shining, my moon is hiding,
now hiding from this hesitated bird that don´t want to fly.
Have been the letters so beautiful at the coffee shop,
and the smoking chats about lovers and life,
time in a sphere running over a cat
where the sky is a hot-port into a Hi! at the Mutton Lane,
and the earth a handshake doing goodbye.
If your sun is shining I´d like to tan my heart dancing a Murphy’s song.
My back met your face in a pillow during a nightmare
with the gasp of your name drilling deep in my mind,
Niente, niente da fare, the chess is a game of two,
I cannot win the Queen without you.
Luz, tus luces de por ahí
Quise despertar,
pero estaba con los ojos tan abiertos
como lunas embarazadas a las dos de la mañana.
Atontado,
incrédulo,
entre nubes, danzaban
sobre mis desnudas pupilas
figuras de una incandescente ceguera apagada,
y como el velorio estaba cerrado para los domingos de fiesta... quise despertar
pero estaba tan dormido que no podía dejar de mirarte.
Temblando,
susurrando
entre las mariposas de una panza que se hacían dolor de pecho,
te deseé en vida mi muerte súbita de amarte.
Y como la feria no estaba abierta entre los espejos
contemplando
sin aliento,
volví al comienzo del sueño para verte de nuevo
sonriendo con tu pelo suelto al viento,
yéndote y viniendo
como en un cuento.